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Subtes de Buenos Aires







Subtes de Buenos Aires





El Subte de Buenos Aires (de subterráneo), es un sistema de transporte público que recorre la ciudad de Buenos Aires. La primera estación de esta red de trenes subterráneos se inauguró en 1913, siendo el primero en su tipo en Iberoamérica y todo el Hemisferio Sur. La red se extendió rápidamente durante las primeras décadas del siglo, pero el ritmo de ampliación disminuyó drásticamente tras los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. Hacia fines de la década de 1990 se comenzó un nuevo proceso de expansión de la red, con el planeamiento de cuatro nuevas líneas.



Mapa actual del recorrido




  Líneas




La red está conformada actualmente por seis líneas denominadas con letras —de la A a la E y la H— e identificadas con colores, que totalizan unos 52,3 km de vías. Se considera también parte de la red una línea de premetro con dos ramales que combina con la línea E de subterráneos.

Durante los años 1970 la entonces operadora, Subterráneos de Buenos Aires, asignó un color a cada línea: la línea A fue asociada con el color celeste, la B con el verde, la C con el violeta, la D con el rojo y la E con el amarillo. A principios de los años 1990 el actual operador, Metrovías, resolvió alterar el esquema. En ese sentido, se invirtieron los colores de las líneas B y D, para la C se adoptó el azul y a la E le fue asignado el violeta. Subterráneos de Buenos Aires comenzó a identificar a la nueva línea H con un tono amarillo.

Adicionalmente, están proyectadas otras tres líneas a construirse en el futuro próximo. De mantenerse los planes de construcción actuales, cuando terminen de construirse las nuevas líneas, la red contará con una longitud total de 75 km de recorrido sin contar las extensiones de las actuales líneas ni el Premetro, y de las actuales 74 estaciones pasará a tener 127.

El Premetro se abrió al público el 27 de agosto de 1987. Tiene 7,40 km con 10 estaciones en común, con 4 más para el ramal General Savio (14) y 2 más para el ramal Centro Cívico (12).

Inicios

Los debates sobre la necesidad de construir un sistema de transportes subterráneos en Buenos Aires comienzan a fines del siglo XIX, en directa relación con el sistema de tranvías. Éstos operaban desde 1870, y hacia el 1900 se hallaban en una crisis agravada por la monopolización de las empresas, proceso iniciado frente a la electrificación de este sistema. En ese contexto surgen las primeras propuestas y pedidos de concesión para la instalación de subterráneos. En 1909, el Concejo Deliberante de Buenos Aires aprueba el contrato entre el Int. Güiraldes y la Compañía Anglo-Argentina para que ésta construya y explote por 80 años 3 líneas de subterráneo; Plaza de Mayo-Primera Junta (Actual línea A), Constitución-Retiro (Actual línea C) y Plaza de Mayo-Palermo (Con ampliaciones, actual línea D). Sólo se concretaron las dos primeras. Curiosamente, en Primera Junta, la línea del subterráneo salía a superficie y continuaba su recorrido hasta Liniers (6 Km aprox.). En 1923, la primera línea de subterráneos ya transportaba el 10% de pasajeros de todo el sistema de subtes-tranvías con sólo el 1% de las vías.

Desarrollo de la red

La primera línea del subterráneo fue inaugurada el 1 de diciembre de 1913 y fue construida por la Compañía de Tranvías Anglo Argentina, que había recibido la concesión en 1909. Esa línea estaba constituida por uno de los actuales tramos de la línea A, que unía las estaciones de Plaza de Mayo y Plaza Miserere. El 1 de abril de 1914 se amplió la línea hasta la estación Río de Janeiro y el 1 de julio se extendió hasta la estación Primera Junta.

En 1912 la compañía Lacroze Hermanos gana una concesión para construir otra línea de subterráneos. Esta línea es la actual línea B y fue inaugurada el 17 de octubre de 1930. En 1933 la Compañía Hispano–Argentina de Obras Públicas y Finanzas (CHADOPYF) comienza la construcción de las restantes líneas de subte.

En febrero de 1939 comienza a funcionar la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires, compuesta por capitales privados y estatales. Esta corporación tenía la función de consolidar los subterráneos, y también los tranvías, ferrocarriles, colectivos y ómnibus. Por las importantes deudas que poseía, en 1948 la empresa entra en liquidación. Es sustituida en 1952 por la Administración General de Transportes de Buenos Aires, que dependía directamente del Ministerio de Transporte de la Nación. AGTBA comenzó a desprenderse de todos los sistemas de transporte, salvo del subterráneo. Al liquidarse en 1963, el Estado la reemplazó por otra empresa de origen público, Subterráneos de Buenos Aires, que en 1977 adquirió plena autonomía al convertirse en una Sociedad del Estado, siendo el paquete accionario transferido a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en 1979.

Venta de pasajes

El primer sistema de venta de pasajes utilizado en el subterráneo porteño se puso en práctica en 1913 con la inauguración de la línea A, y consistía en un boleto similar al que se expendía en los tranvías de ese entonces. Los boletos eran controlados en la entrada al andén y debían devolverse al salir. Con la inauguración de la línea B, en la década de 1930, los molinetes comenzaron a admitir monedas de curso legal.


Este sistema fue posteriormente reemplazado por el uso del cospel, que se instauró el 4 de enero de 1962. Los cospeles pasaron a formar parte de la cultura popular porteña, y podían ser fácilmente reconocidos por la clásica leyenda "Un viaje en subte" de un lado y "Subterráneos de Buenos Aires" del otro. El 16 de septiembre de 2000 la tarjeta magnética Subtepass y la tarjeta contactless denominada Subtecard reemplazaron al cospel en la línea E. Durante el tiempo que tomó la instalación del sistema en las otras líneas, la tarjeta de cartón equipada con banda magnética y la tarjeta plástica inalámbrica convivieron con el cospel.

Este último cambio también trajo como consecuencia la sustitución de los viejos molinetes con brazos de madera con nuevas máquinas electrónicas similares en aspecto, pero con tecnología digital. El pasajero debe introducir el cartón por una ranura en el frente del molinete y el aparato la devuelve por otro orificio ubicado encima del mismo. En el caso de la tarjeta plástica, simplemente se debe acercar la misma al area identificada en la máquina para que esta habilite el paso a través del molinete. Al contrario que la tarjeta magnética, la cual es desechable, la tarjeta plástica es recargable, y se puede utilizar para realizar compras en diferentes comercios.


Antiguo cospel del Subte de Buenos Aires






Combinaciones 


Cuando fueron inauguradas las primeras tres líneas —A, B y C— no existían las combinaciones entre ellas. Con la inauguración de la línea D fue posible realizarlas a través de la estación Carlos Pellegrini (actualmente 9 de Julio) pagando un adicional. Finalmente, el 1 de junio de 1956 se permitió realizar todas las combinaciones en forma gratuita.



Estadísticas


El gráfico indica la evolución de la cantidad de pasajeros que utilizaron el servicio anualmente entre 1993 y 2004 según datos del INDEC.

Si se consideran las cifras anuales, sobre todo de las líneas que no sufrieron modificaciones en los últimos años, se puede apreciar una caída durante los años de recesión previos a la crisis de fines de 2001. En especial pueden observarse las cifras referentes a los años 2001/2002, donde el uso del servicio sufre una caída muy importante de la que todavía no ha podido recuperarse.

Cultura

Desde sus comienzos, ha existido un compromiso con la cultura, intentando brindar espacio a las distintas disciplinas. Es así como pueden encontrarse en sus instalaciones murales originales y reproducciones, esculturas, alegorías y recuerdos. Entre destacados pintores pueden encontrarse reproducciones de Molina Campos, Raúl Soldi, Rodolfo Medina y Jorge Schwarz. Además se brindan espacios para eventos de música y teatro.


Decoración y murales
El subterráneo porteño se ha caracterizado históricamente por la presencia de murales y otras obras artísticas en sus estaciones, consideradas parte del patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires[1] y varias de ellas declaradas Monumento Histórico Nacional[2] . Las estaciones de la línea A fueron decoradas con frisos de colores al construirse en 1913 y la misma iniciativa se tomó en la construcción de la línea B en 1930. La mayoría de las estaciones originales de las líneas C, D y E (1934, 1937 y 1944 respectivamente) fueron decoradas con murales y revestidas con mayólicas por iniciativa de la constructora CHADOPYF. Posteriores extensiones de la red conservaron esta tradición.



Lí­nea A


Las 14 estaciones originales de la línea A de subterráneos —inauguradas entre 1913 y 1914 y las únicas operativas hasta tanto se inaugure la extensión en marcha— tienen recubiertas sus paredes por azulejos blancos y decoradas con frisos de distintos colores, instalados en su momento para facilitar su reconocimiento a los pasajeros analfabetos. Junto con las estaciones originales de las líneas C, D y E, fueron todas declaradas Monumento Histórico Nacional en 1997 por constituir "verdaderos testimonios del espíritu cosmopolita y abierto de nuestra nacionalidad".

A pesar de no poseer murales las estaciones de la línea han cobrado valor testimonial durante sus más de 90 años de historia, lo que llevó a que durante la década de 1980 se refaccionara completamente la estación Perú para devolverle su aspecto original, incluyendo las tulipas de iluminación, rejas, afiches publicitarios y demás componentes de época. Se conserva asimismo la señalética original de las estaciones, que convive con instalaciones más modernas.

Sí existen murales en el túnel combinatorio entre las estaciones Perú y Avenida de Mayo de la línea C. Se trata de tres realizados en 2000 por Hermenegildo Sábat de temática tanguera y uno del historietista Horacio Altuna instalado en 2002



La estación Perú, conservada como en 1913

 



Lí­nea B




Las estaciones originales de la línea B, inauguradas entre 1930 y 1931, fueron recubiertas con mayólicas y azulejos esmaltados para facilitar su identificación. Durante una serie de refacciones realizadas en la década de 1990 todos ellos fueron recubiertos por paneles grises a excepción de los carteles con los nombres de las estaciones, realizados en cerámico, que fueron tapados con pintura blanca. Las únicas excepciones fueron las estaciones Callao y Carlos Gardel, cuyas paredes fueron revestidas con baldosas de fabricación moderna. En cuanto a los murales, ninguna de las estaciones originales los tuvo, aunque se incorporaron posteriormente obras de distinta época y procedencia. Desde 1991 la mayoría de las estaciones recibieron murales de distinta temática realizados por reconocidos artistas plásticos.

La terminal Leandro N. Alem no posee ningún tipo de decoración más allá de las paredes tapadas. En el andén norte de la estación Florida existe un mural de Mariano Imposti Indart de 1998 sobre la historieta argentina Patoruzú y en Uruguay existen otros tres murales de la misma temática: en el andén norte se ubican uno de Francisco Solano López y Alberto Breccia de 1991 recuerda la obra El Eternauta —ilustraron versiones distintas de la historieta— y otro de Roberto Fontanarrosa de 1998 reivindica su personaje Inodoro Pereyra; el tercero, de 1991, se ubica en el andén sur y pertenece al humorista Cristóbal Reynoso, Crist. En el mismo andén existe un mural realizado en 1984 como parte de una serie realizada por alumnos de escuelas primarias dependientes de la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. La estación intermedia, Carlos Pellegrini, no posee decoración alguna.

Siguiendo el recorrido hacia el norte, Callao posee en su andén sur dos murales de 1991 sin títulio, uno de Daniel Kaplan y otro de Héctor Meana. La estación Pasteur no presenta murales y, como las demás estaciones, tiene sus paredes tapadas. Pueyrredón tiene un solo mural en su andén sur, Los elementos, realizado por Juan Doffo en 1991. La estación siguiente, Carlos Gardel, posee cinco murales: en el andén norte un mural de Andrés Compagnucci homenajea al célebre cantante de tango y en el andén sur otro del mismo autor reproduce la fachada del Mercado de Abasto de Buenos Aires, ubicado en las afueras de la estación; ambos fueron realizados en 2000. En el vestíbulo de la estación hay dos murales realizados en 1998 por Carlos Páez Vilaró de temática gardeliana y un filete realizado por León Untroib en 2000. Completa la decoración un mural infantil instalado en el andén norte en 1984.



Las siguientes cinco estaciones presentan una estructura común sin vestíbulo —entre Leandro N. Alem y Carlos Gardel todas tienen un nivel intermedio de boleterías— y con paredes tapadas. El andén norte de la estación Medrano está decorado con un mural infantil de 1984 y otro sin título realizado en 1991 por Ricardo Roux, mientras que en el andén sur se instaló el mismo año un mural de Juan Pablo Renzi y Arturo Holzer que lleva por título Durante la criminal guerra del Golfo[5] . Ángel Gallardo sólo posee dos murales de 1991 en su andén sur, Flores de mi país de Margarita Paksa y uno sin título de Marcia Schvartz. Malabia tiene un mural en el andén norte que no consta en la base de datos de murales oficial. En la estación Dorrego hay cuatro murales de 1991; el andén norte está acaparado por la obra A 3 niñas argentinas inmoladas, Jimena Hernández, Nair Mostafá y María Soledad Morales de Mildred Burton, en tanto que al andén sur lo decoran murales de Scafidi, Cáceres (Canto de amor para América Latina) y Cambré (El duende está en cada movimiento de nuestras vidas). La estación que fuera terminal por más de 70 años, Federico Lacroze, posee en su andén sur el mural El desatino de Gustavo Grünig, realizado en 1991, y uno de 2000 sin título obra de Emma Gargiulo.
 

Pasando a la extensión inaugurada en 2003, en la estación Tronador se encuentran 18 vitrales con imágenes históricas del barrio de Villa Ortúzar realizados en el taller de Roberto José Soler. La terminal, Los Incas, está decorada con motivos precolombinos y 16 murales de cerámica con motivos que evocan las culturas indígenas americanas realizados por Damián Dillon y María Eggerslan.


El mural de Breccia y Solano López en la estación Uruguay


Fileteado en Carlos Gardel


Máscara chimú en Los Incas





Lí­nea C


La línea C, conocida como línea de los españoles, tiene en sus estaciones Lavalle, Diagonal Norte, Avenida de Mayo, Moreno, Independencia y San Juan murales alusivos a los diferentes paisajes de España y mayólicas con motivos relacionados. Las cabeceras Retiro y Constitución, así como la estación General San Martín —inaugurada con posterioridad al resto de la línea— están decoradas con murales más recientes y heterogéneos.


La estación Lavalle de la lí­nea C




La estación Independencia de la línea C


Lí­nea D

En la estación Juramento, en el barrio de Belgrano, de la línea D se encuentra un mural del crucero ARA General Belgrano, torpedeado por el submarino atómico británico HMS Conqueror, y hundido en la Guerra de Malvinas, y lo complementa una placa con los nombres de todos los tripulantes.


Una formación deja la estación Facultad de Medicina



Lí­nea E
Mural en la estación Jujuy de la lí­nea E

 En la estación de Belgrano Línea E , se puede observar en las paredes murales con la Bandera de la República Argentina. En la estación de Entre Ríos se puede ver murales de la Ciudad de Buenos Aires. En la estación de Pichincha , hay un mural donde se ve un lago y al frente de el montañas y árboles. En el subte de Jujuy se puede observar un mural de un campo y en el medio el escudo de la Provincia de Jujuy , en la estación de Urquiza se puede ver un mural de un campo con una iglesia y niños. En la estación de Boedo hay un mural que muestra en arte moderno la época colonial.


Lí­nea H

Esta línea inaugurada en octubre de 2007 se caracteriza por tener murales dedicados a artistas del tango en todas sus estaciones.Se inaguró en el mes de Octubre. Sus cabezeras son Avenida Rivadavia, en plaza Misereré, en el barrio de Balvanera y la Avenida Caseros, en el barrio de San Cristobal. Sus futuras cabezeras serán Estación Retiro y el Puente Uriburu, en Nueva Pompeya.


Humberto Primo, la estación más grande de la red



Estación Once


Nombres de estaciones y modificaciones

A la Avenida Canning, que tenía ese nombre desde 1893 en honor al político inglés George Canning, quien propuso en 1825 reconocer la Independencia Argentina, se le cambió la nomenclatura el 31 de mayo de 1974 por la del destacado nacionalista Raúl Scalabrini Ortiz. En 1976 la dictadura militar revirtió el cambio de nombre, recuperándose el de Scalabrini Ortiz el 29 de diciembre de 1985. La estación antiguamente conocida como Canning, que posee los accesos peatonales entre esta avenida y la calle siguiente (Malabia), cambió su nombre junto con Canning para convertirse en la estación Malabia. En 2006, se abrió un debate acerca del nombre de la estación Malabia, puesto que ese es el apellido de un diplomático boliviano de antaño. Los vecinos del barrio de Villa Crespo pretendían su modificación a "Osvaldo Pugliese". Este reclamó no prosperó debido a que el renombramiento no tenía relación con ninguna calle o punto estratégico próximo, lo que dificultaría la ubicación de los pasajeros del subte con respecto a la superficie.


Hallazgos paleontológicos

En 1930 se encontraron restos de mamut y de mastodonte en las excavaciones de la línea B. Restos de gliptodontes [6] , tanto en la excavación de la extensión de la línea D, como en la actual excavación de la línea B. Los restos encontrados en la línea D son expuestos en la estación Juramento de la misma. Los 3 gliptodontes encontrados en la línea B son expuestos en la estación Tronador. Todos estos hallazgos fueron supervisados por las universidades de La Plata y de Buenos Aires

Tecnología

SubTV

Las estaciones de subterráneos de Buenos Aires cuentan con una red cerrada de televisión denominada SubTV, que sirve principalmente para emitir publicidad a los pasajeros que esperan el tren. También transmite informativos, fragmentos de videos musicales y microprogramas de interés general. En el extremo inferior de la pantalla suministra además información acerca del estado del servicio

Acceso a Internet

A partir de abril de 2007 se habilitó una red Wi-Fi que permite navegar en forma libre y gratuita por Internet en todas las estaciones de la red —la medida se implementó con retraso en la línea A—. La red se convirtió así en la segunda del mundo en contar con este servicio, y la primera en el continente americano.

Carteles informativos de estado

A mediados de 2006 se incorporó a muchos accesos del subte un cartel electrónico que informa acerca del estado del subte. La letra verde indica que la línea está en buen estado, la letra verde parpadeando indica que hay demoras en la línea y el fondo rojo indica que la línea se encuentra interrumpida. Las primeras estaciones en poseer este cartel fueron Plaza Italia de la línea D y todas las estaciones de la línea C.

Fuente

http://es.wikipedia.org/wiki/Subte_de_Buenos_Aires

http://www.fotolog.com/subtes/

http://www.enelsubte.com/

http://www.taringa.net 

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